El Coliseo

El Coliseo

Conocido también como Anfiteatro Flavia, el Coliseo (Colosseo en italiano) es el anfiteatro romano más antiguo y es un símbolo de Roma, la ciudad eterna. Empezó a construirlo el emperador Vespasiano en el año 72 d.C., donde antes había un lago artificial. El teatro lo inauguró Tito, el hijo de Vespasiano, ocho años después. Por sus 80 puertas con arco podían entrar hasta 60.000 espectadores, gracias a los pasillos internos, que estaban muy decorados y que garantizaban el acceso a las gradas. Los puestos en las gradas se asignaban respetando un orden jerárquico: el podio estaba reservado para el emperador y los personajes de alto rango, y después, subiendo, las otras clases sociales, de las más prestigiosas a las más pobres. Debajo de la plaza, había una serie de habitaciones y pasajes en dos pisos donde estaban los animales, los hombres y los escenarios que después aparecían en la plaza. La estructura externa del edificio tiene tres pisos de arcos respetando el modelo clásico, con columnas jónicas en la primera planta, dóricas en la segunda y corintias en la tercera. El Coliseo fue la atracción más importante para los romanos por los combates de gladiadores. Normalmente, los espectáculos empezaban con los animales, que realizaban números circenses, y después venían los combates entre gladiadores prisioneros de guerra o criminales entrenados aposta. Estos últimos entraban en la plaza por la puerta oriental y se dirigían hacia al podio para saludar al Emperador con las famosas palabras: “Ave César, los que van a morir, te saludan”. Los combates eran a muerte, los cuerpos se cubrían con tierra y los sacaban de la plaza en camillas unos mozos, que representaban a Caronte, el barquero que transporta las almas. Si un gladiador estaba malherido, el Emperador y el público decidían su suerte: un pulgar hacia arriba significaba la salvación, y hacia abajo, la muerte. Otro tipo de combates era con animales feroces. Con el triunfo del Cristianismo en el año 404, se abolieron los combates entre gladiadores, y en el 523 se prohibieron las luchas con animales. Para evitar las largas colas, es mejor comprar la entrada en la taquilla del Palatino.

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